28.1.08

¡La esperanza es el sueño de un hombre despierto!







¿Hay razones para la esperanza?
Pienso que las hay, por lo menos en todo aquello que rodea mi entorno. Pero la esperanza es esperar a que en un futuro te puedas sentir mejor, no?

Dado que no tenemos ningún poder sobre el porvenir ni sobre el pasado, nuestro error más común es vivir pendientes del futuro, de ser incapaces de aferrar el presente y enraizar en él.

El temor, el deseo, la esperanza... nos proyectan hacia un futuro y nos arrebatan ese sentimiento de todo aquello que es aquí y ahora, para fijarnos más en aquello que será, incluso cuando ya no estemos.

Si no hay esperanza, nos sumergimos en la tristeza. Ese sentimiento considerado como uno de los peores vicios que existen, y como la pasión más cobarde.

Así que la causa de todas nuestras desdichas, es nuestra imperdonable propensión a vivir en la esperanza del futuro, y no en la realidad del presente, que es la única realidad. Nunca estamos aquí, siempre estamos allá. Y si no que os lo comente alguna persona que me conozca, y así comprobaréis que es cierto de que muchas veces yo no estoy aquí... estoy allá. Jejeje.

Leí hace poco un artículo que comentaba los últimos suspiros de un grupo de judíos atrapados en un campo de exterminio, contados en una carta que enviaba una vieja doctora judía, recluída por los nazis. En la carta comenta a su hijo algunas cosas extrañas que ha podido observar a lo largo de los interminables días en lo se denominaría "el Gueto". Por ejemplo que las personas que antes de entrar en el gueto parecían más bondadosas són en realidad las más malvadas, y que las personas que antes de entrar en el gueto parecían más malvadas són en realidad las más bondadosas. Esto me hizo pensar que todos guardamos en nuestros interior las antípodas de nuestro carácter, y que tan sólo salen en los momentos más difíciles, en los momentos en los que se busca esperanza. Cómo si la forma que tenemos de actuar en determinados moemntos vemos que no nos són efectivos y recurrimos a nuestros extremos como en busca de soluciones deseperadas. En busca de esperanza!

La vieja doctora anota también lo que en aquel momento le parece lo más extraño de todo... que el gueto es el lugar más desdichado no porque en él no haya ninguna esperanza, sino porque en ningún otro lugar del mundo hay más esperanza.

¿Cuanto más optimistas somos las personas, más ruines y egoístas nos volvemos?, ¿Cuanto menor es la esperanza de sobrevivir de un hombre, mejor, más bueno y generoso es éste?

Así que en eso consiste nuestra maldición, en que siempre hay demasiadas razones para la esperanza, ya que no sabemos vivir sin esperanza.

¿La esperanza es lo último que se pierde? Ni hablar!

A menos que uno quiera vivir en la cobardía de la tristeza, lo primero que hay que perder es la esperanza. Imagino que será porque así no hay desilusiones.

Un sabio dijo un vez que en esta vida, si uno quiere ser feliz, no debe esperar nada de nada ni de nadie.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Me a encantado leerte, me gusta como piensa y la manera que tienes de escribir. Igue asi, un abrazo! (: