30.3.09

Somos lo que pensamos

A lo largo de la primera fase de mi vida, no he podido convertirme en nada: ni en bueno ni en malo, ni en un sinvergüenza ni en un hombre honesto, ni en un héroe ni en insecto. Y en estos momentos alargo mis días en mi habitación, torturándome con el amargo e inútil consuelo de que un hombre inteligente no puede convertirse seriamente en nada; de que tan sólo un idiota puede convertirse en algo!

Quizás sea éste el momento de estar seguro de que no hay nada seguro!
Entonces, para qué los miedos?