Es Domingo...
Considerado como el último día de la semana, dentro del patrón establecido por nuestra sociedad, es en este último día cuando tu mente reincide en todos los hechos ocurridos a lo largo de la semana, y planea los nuevos retos que se le presentan en la que aún está por venir. De manera involuntaria, tu mente actúa condicionada por este patrón... removiendo hechos, aprendiendo y corrigiendo.
Pienso en si habré aprovechado la semana...
Pensar de esta forma, me remueve por dentro, y de alguna manera me siento deprimido... como si toda la mierda que nos rodea, ( la cual intentamos apartar del primer plano de nuestras ideas), activase ese motor que existe dentro de nosotros, y nos dice si estamos obrando bien o mal... la conciencia.
La conciencia libre, hace que te sientas bien y realizado. La conciencia forzada, tan sólo trata de ensombrecer esas pequeñas decisiones que no han sido tomadas, o han sido mal enfocadas llevando al correspondiente fracaso emocional.
Miro por la ventana, hacía Sol hasta hace bien poco. Debería haber ido a la playa. Es el único lugar donde puedo hablar conmigo mismo intentando esclarecer todos los miedos y dudas que atormentan mi alma.
Pero si no he ido, es porque debo estudiar.
¿Estudiar? No creo que intentar meter una información dentro de mi mente de domingo, en contra de mi débil voluntad desinteresada por todo, sea lo que necesite en estos momentos.
Siento que mis contradicciones se hacen patentes y repetitivas a lo largo del día. Siento una gran creatividad dentro de mí, algo que me empuja a crear y hacer cosas, pero sin embargo no me apetece hacer nada que no sea estar delante del ordenador, regalándole mi tiempo. Decido ir a comprar tabaco, tirar las distintas bolsas de basura reciclada a lo largo de la semana, y a dar un paseo mientras doy rienda suelta a mis ideas claramente confusas.
Voy al aseo y me miro frente al espejo. ¿Quién diablos soy? ¿Que hago aquí? ¿Que debo hacer? ¿Que debo sentir para poder decir que de verdad estoy vivo? ¿Sentir como me siento es lo correcto a decir que estoy viviendo? Me voy sin respuestas!
Camino por las frías calles de mi barrio. La gente se consume en sus propios pensamientos. Sus rostros muestran dolores, miedos, sufrimientos, inseguridades... todo menos alegría. De pronto, de entre la numerosa colección de espejos que reflejan las distintas almas que vagan bajo el rojizo cielo... de entre todos los rostros que han llamado mi atención, me concetro en uno en particular. Ese rostro cubierto de pelo blanco pertenece a un borracho sonriente, el cual camina dejándose llevar por la inercia de su ebriedad. Canta sin avergonzarse llamando la atención de los de alrededor. Al llegar a mi altura se detiene... intentando guardar lo mejor posible su equilibrio, me observa de arriba a abajo, e intenta que mi mirada se encuentre con la suya. Normalmente ante este tipo de gente, uno suele seguir el instinto de supervivencia y no deja que su mirada se tope con la del "borracho", con el consiguiente giro de cabeza. Pero con toda mi curiosidad decido mirarle pero sin parar de caminar. Paso por su lado y decido retirar la mirada, puede pensar que soy demasiado descarado y molestarse. En ese momento siento que la mano del borracho me coge de la sudadera y tira de ella con la inteción de llamar mi atención. Sonriente y con un olor intenso a alcohol me pide un cigarro. También sonriente decido dárselo, pues no encuentro a primera vista ningún ápice de maldad en él, sino todo lo contrario. Acto seguido me despido de él después de habérmelo agradecido, y retomando mi camino me doy cuenta de que el hombre aún no me había soltado. Me giro y veo su mano bastante sucia sobre mi brazo, el cual utilizo de guía con la mirada hasta llegar a su rostro algo serio después de haberle dado el cigarro.
-¿Fuego?- Me pregunta.
Sin decir nada le presto el mechero. Sin soltarme se enciende el cigarro y me devuelve el mechero. Da una calada aliviando al individuo con un posterior suspiro. Acto seguido me mira fijamente... empiezo a activar mi sentido de supervivencia, pués no entiendo muy bien lo que intenta hacer.
-Deja de mirar hacia atrás, pues lo que buscas lo tienes delante de tus narices desde hace mucho tiempo y sigues sin darte cuenta. Tu destino está próximo a tí.- Acto seguido esquiva mi mirada fijándola en un punto detrás de mí.
Toma ya! Me deja congelado, y noto como se me erizan los pelos y una sensación extraña recorre mi cuerpo de arriba a abajo. Clavado sobre el asfalto y con un careto de tonto, observo como el hombre me sonríe retomando su camino y su canción dejando un rastro de humo.
Me quedo unos segundos pensativo... ¿Porque ha dicho eso?¿que habrá visto el hombre en mi? ¿Me habrá visto perdido?¿A que se refería?... creo que lo sé perfectamente. Dentro de mí aclaro ciertas ideas. Sonrío y vuelvo en mí. El borracho dobla la esquina y se pierde entre la gente.
Aún estoy recuperándome de esta pequeña experiencia la cual revivo mientras escribo estas líneas. Acojonante!
De pronto ciertas cosas sueltas que vagan por mi cabeza cobran sentido, y me tomo todo esto como una especie de señal.
Decido proseguir mi camino cuando nada más darme la vuelta me veo el contenedor de basuras recicladas. Miro la bolsa que llevaba en mi mano, y sonrío de nuevo. El borracho se refería al contenedor de basura. Mi destino en ese momento era el contenedor de basuras. Jejeje...
Al volver hacia mi casa, pienso en todo esto. Me fijo de nuevo en los rostros de aquellos que se cruzan en mi camino, y parece que todos sorían levemente. Ahora veo rostros de curiosidad, de bienestar, de paz... de felicidad! Ahora lo veo todo un poco más claro! ¿Cuanto durará esta claridad? No lo sé, pero ahora sé que todo es más sencillo!
La sencillez es la luz que seduce el alma! Sencillamente concéntrate en tu destino más próximo, en el "ahora". Nadie puede estar preocupado, ya que pre-ocuparse, es ocuparse de las cosas antes de que ocurran, y eso no lo hace ni Diosss!!! Es ahora lo que importa. El mundo es muy grande y la vida muy corta como para estar cabreado, ofuscado, deprimido...
Una vez más "abro los ojos"! Darse cuenta para mejorar!
Considerado como el último día de la semana, dentro del patrón establecido por nuestra sociedad, es en este último día cuando tu mente reincide en todos los hechos ocurridos a lo largo de la semana, y planea los nuevos retos que se le presentan en la que aún está por venir. De manera involuntaria, tu mente actúa condicionada por este patrón... removiendo hechos, aprendiendo y corrigiendo.
Pienso en si habré aprovechado la semana...
Pensar de esta forma, me remueve por dentro, y de alguna manera me siento deprimido... como si toda la mierda que nos rodea, ( la cual intentamos apartar del primer plano de nuestras ideas), activase ese motor que existe dentro de nosotros, y nos dice si estamos obrando bien o mal... la conciencia.
La conciencia libre, hace que te sientas bien y realizado. La conciencia forzada, tan sólo trata de ensombrecer esas pequeñas decisiones que no han sido tomadas, o han sido mal enfocadas llevando al correspondiente fracaso emocional.
Miro por la ventana, hacía Sol hasta hace bien poco. Debería haber ido a la playa. Es el único lugar donde puedo hablar conmigo mismo intentando esclarecer todos los miedos y dudas que atormentan mi alma.
Pero si no he ido, es porque debo estudiar.
¿Estudiar? No creo que intentar meter una información dentro de mi mente de domingo, en contra de mi débil voluntad desinteresada por todo, sea lo que necesite en estos momentos.
Siento que mis contradicciones se hacen patentes y repetitivas a lo largo del día. Siento una gran creatividad dentro de mí, algo que me empuja a crear y hacer cosas, pero sin embargo no me apetece hacer nada que no sea estar delante del ordenador, regalándole mi tiempo. Decido ir a comprar tabaco, tirar las distintas bolsas de basura reciclada a lo largo de la semana, y a dar un paseo mientras doy rienda suelta a mis ideas claramente confusas.
Voy al aseo y me miro frente al espejo. ¿Quién diablos soy? ¿Que hago aquí? ¿Que debo hacer? ¿Que debo sentir para poder decir que de verdad estoy vivo? ¿Sentir como me siento es lo correcto a decir que estoy viviendo? Me voy sin respuestas!
Camino por las frías calles de mi barrio. La gente se consume en sus propios pensamientos. Sus rostros muestran dolores, miedos, sufrimientos, inseguridades... todo menos alegría. De pronto, de entre la numerosa colección de espejos que reflejan las distintas almas que vagan bajo el rojizo cielo... de entre todos los rostros que han llamado mi atención, me concetro en uno en particular. Ese rostro cubierto de pelo blanco pertenece a un borracho sonriente, el cual camina dejándose llevar por la inercia de su ebriedad. Canta sin avergonzarse llamando la atención de los de alrededor. Al llegar a mi altura se detiene... intentando guardar lo mejor posible su equilibrio, me observa de arriba a abajo, e intenta que mi mirada se encuentre con la suya. Normalmente ante este tipo de gente, uno suele seguir el instinto de supervivencia y no deja que su mirada se tope con la del "borracho", con el consiguiente giro de cabeza. Pero con toda mi curiosidad decido mirarle pero sin parar de caminar. Paso por su lado y decido retirar la mirada, puede pensar que soy demasiado descarado y molestarse. En ese momento siento que la mano del borracho me coge de la sudadera y tira de ella con la inteción de llamar mi atención. Sonriente y con un olor intenso a alcohol me pide un cigarro. También sonriente decido dárselo, pues no encuentro a primera vista ningún ápice de maldad en él, sino todo lo contrario. Acto seguido me despido de él después de habérmelo agradecido, y retomando mi camino me doy cuenta de que el hombre aún no me había soltado. Me giro y veo su mano bastante sucia sobre mi brazo, el cual utilizo de guía con la mirada hasta llegar a su rostro algo serio después de haberle dado el cigarro.
-¿Fuego?- Me pregunta.
Sin decir nada le presto el mechero. Sin soltarme se enciende el cigarro y me devuelve el mechero. Da una calada aliviando al individuo con un posterior suspiro. Acto seguido me mira fijamente... empiezo a activar mi sentido de supervivencia, pués no entiendo muy bien lo que intenta hacer.
-Deja de mirar hacia atrás, pues lo que buscas lo tienes delante de tus narices desde hace mucho tiempo y sigues sin darte cuenta. Tu destino está próximo a tí.- Acto seguido esquiva mi mirada fijándola en un punto detrás de mí.
Toma ya! Me deja congelado, y noto como se me erizan los pelos y una sensación extraña recorre mi cuerpo de arriba a abajo. Clavado sobre el asfalto y con un careto de tonto, observo como el hombre me sonríe retomando su camino y su canción dejando un rastro de humo.
Me quedo unos segundos pensativo... ¿Porque ha dicho eso?¿que habrá visto el hombre en mi? ¿Me habrá visto perdido?¿A que se refería?... creo que lo sé perfectamente. Dentro de mí aclaro ciertas ideas. Sonrío y vuelvo en mí. El borracho dobla la esquina y se pierde entre la gente.
Aún estoy recuperándome de esta pequeña experiencia la cual revivo mientras escribo estas líneas. Acojonante!
De pronto ciertas cosas sueltas que vagan por mi cabeza cobran sentido, y me tomo todo esto como una especie de señal.
Decido proseguir mi camino cuando nada más darme la vuelta me veo el contenedor de basuras recicladas. Miro la bolsa que llevaba en mi mano, y sonrío de nuevo. El borracho se refería al contenedor de basura. Mi destino en ese momento era el contenedor de basuras. Jejeje...
Al volver hacia mi casa, pienso en todo esto. Me fijo de nuevo en los rostros de aquellos que se cruzan en mi camino, y parece que todos sorían levemente. Ahora veo rostros de curiosidad, de bienestar, de paz... de felicidad! Ahora lo veo todo un poco más claro! ¿Cuanto durará esta claridad? No lo sé, pero ahora sé que todo es más sencillo!
La sencillez es la luz que seduce el alma! Sencillamente concéntrate en tu destino más próximo, en el "ahora". Nadie puede estar preocupado, ya que pre-ocuparse, es ocuparse de las cosas antes de que ocurran, y eso no lo hace ni Diosss!!! Es ahora lo que importa. El mundo es muy grande y la vida muy corta como para estar cabreado, ofuscado, deprimido...
Una vez más "abro los ojos"! Darse cuenta para mejorar!
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