9.5.08

La revolución efímera cumple 40 años


El 22 de marzo de 1968, un grupo de intelectuales formado por artistas y, sobre todo, por universitarios ocuparon el edificio principal de la Universidad de Nanterre, en París. Protestaban por el arresto de seis miembros del Comité Nacional de Vietnam. Era el preludio de una revolución anunciada. En las semanas siguientes los estudiantes y los obreros parisinos inundaron las calles con sus consignas revolucionarias y con ansias de cambio.

Si la toma de la Universidad fue la mecha, el aburrimiento fue el combustible: "No queremos un mundo donde la garantía de no morir de hambre supone el riesgo de morir de aburrimiento". ¿Pero cuál fue la chispa que hizo que todo explotara? Algo que nadie esperaba: un partido de fútbol. Los estudiantes se rebelaron contra la autoridad y contra la segregación entre sexos porque querían ver un partido de fútbol y la única televisión que había estaba en una residencia femenina de estudiantes universitarias. La última revolución burguesa del siglo XX estallaba por un partido televisado de fútbol, pero, ¿cuál fue su significado?


Los precedentes
Podríamos encontrar los precedentes en cualquier parte, desde los principios autogestionarios surgidos de la Comuna de París, las guerrillas latinoamericanas, el Che Guevara, muerto un año antes en Bolvia, o simplemente la falta de adaptación al consumismo y capitalismo que iba consolidándose a lo largo de la Guerra Fría.

Pero, sin duda, hay dos momentos muy cercanos en el tiempo que influyeron de manera decisiva en los jóvenes franceses que más tarde se convertirían en los revolucionarios de mayo del 68 en París:

Primavera de Praga: Se llamó así al periodo comprendido entre el 5 de enero y el 20 de agosto de 1968 en el que se intentó realizar un aperturismo y un intento de liberalización política en Checoslovaquia, y que culminó con la invasión de la URSS.
'Cuando Francia se aburre' ('Quand la France s'ennuie'. Le Monde, 14 de febrero de 1968 [en Francés]): El veterano periodista Pierre Viensson-Ponté contemplaba, impotente, el hastío y la falta de acción de la sociedad francesa de la época, en especial de los jóvenes. El artículo representó una sonada provocación que incitaba claramente a la acción social.

"La guerra de Vietnam, emociona a los franceses, pero realmente no les afecta, ni tampoco las guerrillas de Latinoamérica, la feroz represión de Indonesia, las matanzas de Biafra, el golpe de Estado de los coroneles en Grecia o el apartheid de Suráfrica. Los jóvenes se aburren. Los estudiantes se manifiestan y luchan en España, en Japón, en América, en Egipto, en Alemania e incluso en Polonia. Tienen la impresión de que hay conquistas que deben emprenderse, protestas que deben escucharse, o al menos un sentimiento del absurdo para oponer a la absurdidad.[...]"


1 de mayo: Miles de personas se manifiestan desde la Bastilla celebrando el Día del Trabajo. Al día siguente, las aulas de Nanterre son ocupadas.

3 de mayo: La policía cierra las puertas de la Sorbona y detiene a más de 600 estudiantes varones. Cuatro de ellos son condenados a penas de dos meses de cárcel.

8 de mayo: Los estudiantes realizan un desfile pacífico por el Barrio Latino, que se disuelve a las pocas horas. Muchos pensaron que todo había terminado. A los dos días, las mismas calles se convierten en un campo de batalla.

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