27.3.08

Aquel extraño hombre


La historia trata de un hombre que al parecer era extraño, porque este hombre íba por la calle besando todo.


Íba por la calle y besaba las aceras, las farolas, los semáforos, los coches... besaba a los transeúntes que pasaban por su lado, besaba a los policías, besaba las paredes de las casas, su puerta, las escaleras que conducían hasta su piso... besaba todo.


Las autoridades locales le consideraban peligroso, porque no podía ser normal que un hombre fuera besando a todo el mundo por la calle. Le consideraron extraño y peligroso y decidieron encarcelarlo.


Cuando lo metieron en la cárcel, besaba las paredes de su celda, los barrotes que le separaban de su libertad, besaba a su carcelero, besaba la ración de comida que le daban todos los días, el jergón donde dormía, besaba el suelo y el techo...


Viendo las autoridades que aquel no hombre no recapacitaba, que no cambiaba su conducta, decidieron ponerle fin y ejecutarle porque aquel hombre extraño era peligroso.


Así que aquel hombre besó a los ejecutores y besó las balas que le mataron. Le enterraron en lo alto de una loma, y desde aquel día desde el cielo, los pájaros habían descubierto que al mundo le habían salido unos labios, muestra de que le hacía falta esa unión con el hombre. El hombre no valora al mundo, y el mundo responde...


Aquel extraño hombre tan sólo quería demostrarle al mundo, que aún quedaba algo de respeto hacia lo que nos rodea, hacia nosotros mismos... antes de que fuese demasiado tarde.

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