28.8.08

SMS

Tu máxima limitación:
MIEDO AL CAMBIO!!!!

27.8.08

Que comience el espectáculo!

De donde saca tanto vestido? donde está la ropa?


Imitador que es la caña!


Imitadores de Bruce Lee: Buenísimo!!!

25.8.08

¿Dónde debo estar?


Mancho las hojas con letras sin sentido,
letras de lástima y pena, letras de olvido,
letras que cambian el blanco del color de las letras,
letras de pena, pena por estar perdido.

24.8.08

SMS

Dignidad, comprensión y gran templanza,
para vivir lo que quiera venir.
Sabiduría ganada en la batalla,
descanso porque este no es el fin.

Yo nunca tuve claro, nunca entiendo,
quién es realmente el loco, y quién el cuerdo.

De vez en cuando la vida...


¿Sé puede realmente aprender a vivir, de modo que lo que quede, sólo sea vivir? A veces me lo pregunto. ¿Y si sólo hay una verdad? ¿Y si, a grandes rasgos, ya la conocemos, y sólo queda “ser con coherencia, sinceridad y placer”?

Por aprender a vivir quiero decir intuir la relación con todo lo que existe, como conectado con todo, y capaz de enender todo lo que te rodea y aprender, porque por supuesto no sabemos todo, más bien diría que nada.

La comprensión-compasión-no ego, que nos permite relacionarnos con los demás y con las circunstancias, sabiendo que son pasajeros, gente que conoces y siempre que vienen se van, y que sus "cagadas" por decirlo de alguna manera, sus malas acciones que provocan la pérdida de confianza,si las hay, son provocados por situaciones emocionales igualmente temporales, que sus fondos son normalmente dignos y confiables y sólo están enredados en un "ahora" determinado.

Una verdad que te hace tranquilo, aunque entusiasta. ¿cómo no sentirse entusiasta formando parte de esta grandeza? La grandeza de saber la verdad. Normal que me relaje constantemente! Crees estar seguro de una verdad, y en un momento determinado te sientes bien. Pero y cuando sabes la verdad y no actuas conforme te lo dicta ella... te contradices, pierdes confianza en ti mismo porque no eres sincero contigo. El autoengaño bajo un interés de placer! Una emoción descontrolada!

Esa verdad que es solo una y la misma, que te recuerda dibujando la vida, poco a poco, como si fueses un papel en blanco cuyo boceto puedes ir perfilando, con un poco más de sabiduría, un poco menos de egolatría, y en consecuencia, un poco más de saber quien soy y un poco menos de no escucharme.

Así se hace la vida, así se elige uno un trabajo que le va gustando, o que acepta por ser lo "suficientemente satisfactorio".

Me refiero, por tanto, a que la verdad la sabemos, la verdad vivible, si es que no es más que una y la misma. Y entonces, aunque nos falte cultura, pasos que dar, libros que leer y tropezones varios, ¿se puede saber ya vivir o debo ir viviendo para saber vivir?

Creo que esa es la respuesta, siempre vivir! Aunque la vida te dé ostias, hay que hallar la verdad del momento, la verdad de la situación, y tratarla siempre por igual, con optimismo y sobretodo algo de lo que me he dado cuenta hace poco, con mucha fe en uno mismo.

Es como si ese día la vida tuviera diarrea, y no haya quién la aguante. ¿Y es que por eso la vida no es igual de bella, y es que por eso nosotros no sabemos curarla?

La vida es la vida y es bella de por sí, y cuando se nos brinda desnuda, en pelota picada, sin codicionamientos mentales, significa que estás viviendo. La vida está en nuestros ojos, en nuestro saber. Y la verdad es que yo creo, que siempre, siempre, la vida va en cueros por ahí, sólo es que nosotros creemos que hoy le duele la cabeza. Pero, qué va! A ella, jamás le vendrá mal un piropo lleno de confianza que diga: tú siempre tan increíble y misteriosa, ¿bailamos?

¿Bailas al ritmo de la vida?

¿Que hay de verdad en tu vida?


El tema de “la verdad” siempre relativa, ya que para cada uno de nosotros existirá una verdad distinta en cada uno de los mundos, creados a conciencia por nuestra mente. Por ello me gustaría aclarar antes de empezar a rallarme, que lo que voy a escribir no es más que una simple reflexión en voz alta, sin más pretensiones filosóficas, de un humilde morador de ideas nocturnas, buscando su salvación de autoestima, un curioso sábado noche. El primero que no salgo desde hace mucho tiempo!

Veamos: ¿Existe “La Verdad”? unos dirán que en absoluto, pues ni la ven ni la presienten, y otros afirmarán que por supuesto existe, y aún sin verla creen en ella.

Pero supongamos que existe, aunque no podamos tenerla del todo y mucho menos definirla, pues la verdad que puede ser explicada no es la verdadera. Pero imaginemos que existe, y que todo lo que está vivo y funciona participa de ella en alguna medida, y aún más: que la evolución (o cambio) de todo cuanto existe y nuestra gran inquietud de perfeccionamiento, de ser mejores cada día, tiende hacia ella y quiere ser esa “verdad”, lo cual me llevaría a la conclusión de que ese, y no otro, es el sentido de la vida, tratar de vivir lo más impregnado posible de la verdad sea cual sea y en el momento que sea, ya que se da constantemente.

Llegados a este punto, y suponiendo esto cierto, ya puedo plantear mi locura, pues aunque lo presente como una simple teoría, creo que, en efecto, las cosas son así, o se acerca bastante a esa verdad de la que tanto hablamos.

Lo primero que me viene a la cabeza es: ¿Dónde está el punto de la verdad? ¿Dónde está ese punto de equilibrio?

Si algua vez la he hallado, he obtenido emociones de satisfacción difíciles de controlar, que mientras que no alimenten al maldito ego, són las mejores emociones y sensaciones que pueden experimentarse. Sentirse bien con uno mismo!

Aquello que nos hace dar un pasito hacia ella, vivirla más de cerca, vivir más atento instante a instante. Sin duda alguna ese punto, o ese estado de “verdad transitoria” de la que hablo, será diferente para cada uno, pues todos somos distintos, incluidos animales y plantas, y lo que para uno es un paso hacia esa verdad, para otro puede ser un retroceso al estar más cerca de ella, pero no por ello es menos importante esa reorientación, ese cambio de rumbo, o de estado, o de comprensión, no para el que lo vive.

Bajo este punto de vista todo cuanto existe merece nuestro más sincero respeto, pues independientemente de nuestra naturaleza estamos en el mismo camino, y todos estamos conectados. Transmitimos nuestro estado emocional constantemente, y físicamente somos un libro abierto que muestra quién logra la verdad y quién no.

Muchas veces confundimos el saber (la verdad) con información aprendida en libros de autores más o menos considerados sabios. Y más se presume todavía de conocimientos adquiridos sin filtro alguno, me creo todo lo que me cuentan sin cuestionarme nada. Pero mientras esos conocimientos, por muy buenos que sean, no provoquen en nosotros una determinación nueva, un cambio de actitud en la vida, sólo servirán para adornar nuestras cabezas.

De esta forma, me atrevo a imaginar que el punto de la verdad está allí donde descubrimos (de forma individual) la brújula con la que reorientar nuestra forma de ser, de actuar.

Sin ser muy conscientes de ello, nos arrastra hacia esa “Verdad” indefinible y sin embargo presente y necesaria, pues entiendo que sin ella no habría vida ninguna.

Abre los ojos y verás que es verdad, jejeje.... verdad de la buena!